Agradecimientos...

Adrián Yunes
Como si el corazón despertara con cada onda que golpea mi cuerpo. Cierro los ojos con la simetría de una guitarra y un erudito gritando a toda voz todo lo que lleva dentro, melancolía pura, materializo y me transporto.

Sr. Rodríguez, trovador por naturaleza. Me toma por el brazo. Ni idea tiene, que tan agradecido estoy de que exista. Hace vibrar sus cuerdas y me atraviesa en el sitio, con la utopía como primer plano. Alimento para el alma, ideologías, magia es lo que despiden mis altavoces. Simple agradecimiento. A la vida, por guiarlo hasta el momento en que decidió hacer canción. A la lectura, por darle las luces y mostrarle los caminos para escribir de esa manera. A la fantasía, a la ideología, a lo ideal. Por ser el pulso que guía la sangre hasta la mano de este prototipo. Gracias Silvio por la acompañarme en la nostalgia.

Como recordar a tu amigo y no nombrarte. Añoranzas dibuja tu voz en el aire, tocando lo más profundo de mí ser, y hasta las lágrimas me haces pensar. Me empujas hacia abajo, me obligas a volver al pasado, a pensar en cosas que ya había olvidado, o que creía haberlo hecho. Como químico vas uniendo reactivos, juntando palabras, las unes con versos, mixtura prefecta con tu voz. Como resultado, una de esas tonadas que, sin saber de que manera, describe la situación perfecta que atravieso en ese momento, como si me conocieras. Al tanto estas de que me quita el sueño, caminando en la oscuridad de mi casa. Y luego vienes con el sol, tocando una nueva tonada, iluminas todo lo que se atraviese, dibujas el alba de lo que podría ser un nuevo día, me exiges como tirano, que sonría, que siga adelante, que recuerde mi pasado, paro que no lo convierta en mi presente. Alejandro Filio, gracias amigo mío, por estar ahí en las buenas y en las malas, seguiré tu consejo.

Señor Sabina, mi reverencia hago. Me enseñaste que el sonreír, en ocasiones es el mejor remedio para aniquilar la zozobra. Maestro de dejar todo entredicho. Escribir entre líneas. Diciendo pero no pronunciando. Mezclas sentimientos, tan análogos como disparejos. Y así, de la manera sencilla, vas describiendo las a veces ridículas situaciones a donde te llevaba ese peculiar polvo blanco del que eras tan entusiasta. Genio del humor negro, y burlón de la vida misma. Un abrazo para ti, que por ser último, no eres menos importante. Pero sigues siendo el último.. gracioso no?

Y solo para finalizar, agradezco a aquellos amigos que de manera mas directa han estado a mi lado, describiendo la vida a través de sus ojos, solo para hacerme entender que no todo es lo que parece o como me parece. Aquellos que me prestaron su hombro más de una vez. Simples pensadores, sabios de la cotidianidad, excelentes planificadores. Audiencia perfecta para interpretar lo que llevo dentro. Público difícil a la hora de hacerlos reír. Lo que me da la satisfacción, de que al momento de hacerlos dibujar esa silueta en sus caras, estoy haciendo bien mi trabajo.